La clase de guitarra, nació el 10 de marzo 2013, cuando asistimos (con algunos alumnos en el colegio) la Misa Juvenil en Quito Sur. Había grupos de jóvenes que cantaban en la misa con instrumentos musicales distintos. Nuestros alumnos se animaron en aprender a tocar la guitarra. Desde entonces, empezamos las clases de lunes a jueves por aproximadamente una hora, eso en seguida de sus clases en el colegio.
Dos alumnos de otro centro también se unieron a nosotros. Los estudiantes vienen movidos por su propia voluntad e interés ya que la clase no es obligatoria. Gracias a Fátima que comparte su talento con nosotras, y así estoy contenta de compartir con los demás el don recibido.
Jerline
(Fátima aclara que la profe es Jerline: “maestra ciruela que sin saber leer puso una escuela” y que tanto la profe como los alumnos están súper-motivados. Está siendo un espacio bonito en el que chicos de todo tipo, algunos con fracaso escolar, sacan sus recursos y disfrutan juntos)
EXPERIENCIAS:
Mi experiencia de la clase de guitarra ha sido hermosa porque he aprendido mucho y he conocido más compañeros. Me he divertido y he aprendido que la vida esta hecha de música. También he podido sentir relajamiento por medio de la guitarra. Cuando toco la guitarra, me olvido todo – es un momento de libertad y de paz. Hay veces que no puedo interpretar pero nos enseña con paciencia y nosotros hacemos el mayor esfuerzo para que nos salga bien y que se escuche bien.
Me he dado cuenta que el mundo está hecho de música, en la belleza de la naturaleza y sus animales, en el soplo del viento y en muchas cosas más. Pero si no hubiera el sonido, no hubiera música en el mundo.
Sarahi Guevara
Desde que entré en el curso para aprender a tocar la guitarra, me emocioné mucho, porque la guitarra es un instrumento que amo y que siempre he querido aprender a tocar. El primer día que fui, fue maravilloso porque fue la primera vez que toqué la guitarra, mi instrumento querido, me sentí maravillado y muy contento.
Yo siempre que toco la guitarra me esfuerzo al máximo para aprender siempre más y prosperar muchísimo.
Alexander Méndez
Mi experiencia en la clase de guitarra ha sido bonita. Al principio me pareció muy difícil la ubicación de las notas y el rasgado. Pero poco a poco me fui acoplando a la modalidad como enseñaba. Así fui aprendiendo las canciones en la guitarra y hasta el día de hoy algunos rasgados me parecen difíciles pero estoy trabajando en ellos.
Le agradezco mucho por la paciencia y cariño que puso para enseñarnos la hna Jerline y también el compañerismo que hay entre amigos.
Estoy muy contenta de aprender a tocar la guitarra.
Karen Culqui
El pasado 7 y 8 de mayo, el Centro Educativo Cardenal Spínola, ha promocionado la exposición “Casa abierta”, ofreciendo al público en general (padres de familia, alumnos de la misma entidad y de escuelas visitantes) un baño de cultura, arte y ciencia. Dejando claro el ejemplo de una educación verdaderamente cristiana por ser inclusiva, que respeta, descubre y potencia los talentos de cada niño y joven que atiende.
Fue notable en los estudiantes la capacidad de involucrarse con responsabilidad en lo que les propone y en los maestros la de enseñar, motivar y crear, subrayando así, una vez más el arte del pueblo ecuatoriano que contagia con su cultura, expresada en los bailes y canciones típicas, en las pinturas que retratan su identidad y con su expresiva comunicación que se nota desde los más pequeños.
Lo que se plantea con la Casa abierta es una pequeña exposición de lo que se enseña en las distintas asignaturas, lucido de manera creativa y lúdica por los mismos alumnos que pone en práctica lo que a diario aprenden en clase, es también posibilidad de desarrollar capacidades e demostrar las aptitudes sea en las matemáticas, física, técnica, letras…
La Casa abierta fue una síntesis de lo que es Ecuador, fiesta, celebración, cultura, belleza, arte, amor por la patria y esfuerzos de los educadores por mantener viva la cultura e inculcar en los más jóvenes un real respeto y valoración por lo que de mejor tiene esa tierra a ofrecer.
El Movimiento Spínola realizó el campamento del 3 a 5 de mayo en Checa. Había 35 jóvenes de nuestro colegio que participaron. El tema “Algo Nuevo Nace En Ti” centrada en el descubrimiento de los valores que el Señor nos ha regalado, y desde allí, brota el valor de agradecimiento.
Como introducción, hubo dinámicas de integración y luego vimos la película “Maktub”. Los jóvenes trabajaron el conocimiento de su vida interior descubriendo quiénes son los habitantes de su corazón y dándose cuenta de que afectan a nuestra forma de ser. Al final, hicieron un compromiso de cómo vivir los valores que descubrieron y cómo cultivarlos para crecer. Terminamos la tarde con la celebración de la Eucaristía en la capilla.
Entre los talleres eran juegos y dinámicas para fortalecer el valor de la amistad, el compartir, el compañerismo, la alegría, el trabajo en equipo y crecer en autoestima. Los jóvenes estaban divididos en grupos, los mismos dormían en la misma carpa y cocinaban juntos sus alimentos.
Fue una experiencia que marca porque cada uno dio lo mejor y mostró lo que realmente es ser Familia Spínola.
EXPERIENCIAS:
Para mí el campamento fue una experiencia buena: en la cual compartí y conocí nuevos amigos. En el campamento nadie se diferenciaba ni por cursos ni por grupos de amigos – éramos uno solo. Ya que si faltaba comida o algo, la otra carpa compartía. Aprendimos a trabajar en equipo.
El campamento también fue un tiempo para reflexionar sobre lo que tengo, los problemas que todas las personas tenemos, sean ricas o pobres. Aprendí a sembrar nuevos valores y que con el tiempo crecerán y se reflejarán en mis acciones y actitudes. Aprendí también a convivir y cuidar la naturaleza que Dios nos ha regalado.
Karolay Hernández
Mi experiencia en el campamento fue muy bonita porque conocí más amigos, hice mucho más amigos y me divertí bastante. Fue una experiencia inolvidable – pasé bien y trabajé en grupo con muchos amigos. Lo más bonito fue cuando era la hora de comer y cuando jugábamos juntos. Hubo momento también de reflexionar, donde escribíamos cartas a nuestro corazón, donde decíamos nuestras experiencias y sentimientos. La película también me gustó mucho porque trataba de autoestima.
Espero que el otro año, haga la misma para poderme divertir bastante.
Rubén Figueroa
Fue bonita porque pudimos conocer más personas y a la vez convivir entre todos.
Ma. Fernanda Albán
Una experiencia motivadora donde pude relacionarme con los chicos del Grupo Spínola, viví el gran compartir que en la mayoría del tiempo no lo veo en mí y en mi alrededor, una impresión llena de espiritualidad, de interioridad al igual que de mucha alegría, en el cual el compañerismo fue mutuo, más que eso se sintió y se compartió la solidaridad una perseverancia de empeñarse por el bien de todos. Entusiasmo en cada encuentro con el Señor……
Cuando le cantamos fue muy emocionante: “El Que canta reza dos veces” una forma de amar y yo digo que si cantas con tu corazón Él crece en ti, no se olvida de ti sabe que lo quieres….
Y pues podré concluir que me sirvió de mucho, agradezco a todas las personas que se incorporaron. He aprendido a ver más allá de las situaciones, a soñar en grande, a no olvidarme de Dios, tenerlo presente en mi vida diaria, a crecer, a aprender de los errores y a escuchar a mi corazón.
Lucía Visuma
Porque lo fui descubriendo poco a poco, siempre sentí sensibilidad y curiosidad por las cosas de Dios. Mi abuela me llevaba a rezar desde pequeña por las casas, o lo hacíamos con mis hermanas el rezo del rosario, ver una Religiosa me alegraba y atraía a que un día yo sería así. Al principio no me creía nadie, ni yo me lo imaginaba, pero ese deseo fue creciendo cuando nos cambiamos de casa ya que pude asistir a misa con más frecuencia; participaba leyendo las lecturas, grupos de niños que se preparaban para hacer la primera comunión. Fui descubriendo que las cosas de Dios llenaban más mi vida de paz, alegría y daba sentido a todo lo que vivía, encontraba un lugar donde podía ser yo misma y me sentía feliz. Cuando tuve la oportunidad de ponerle nombre a lo que estaba viviendo por dentro mío no pude creer que Dios me estaba llamando, sentí muchas veces que no era capaz, que no iba a poder, o que no serviría para lo que me estaba pidiendo, en ese momento me vinieron todas las dudas y miedos posibles porque fui compartiendo lo que pensaba hacer con mi vida. Dejé de ver a la hermana que me estuvo acompañando en ese tiempo, pero eso no pudo ser por mucho tiempo porque lo que sentía por dentro era más fuerte que todo eso y me atreví a romper con esquemas y pensamientos ajenos lanzándome a la aventura de responder a lo que Dios me estaba pidiendo, seguirle. No fue fácil pero soy tan feliz que si lo volviera a vivir no lo dudaría. Ahora al recordar todo lo que pasé desde que me sentí llamada me sale agradecer con todo el corazón por lo que hizo, hace y hará en mí, porque obra desde lo pequeño y en lo pequeño, de eso no cabe la menor duda en mí. A su lado me siento pequeña y segura y como dice San Pablo a Timoteo: no me siento fracasada porque se en quien he puesto mi confianza.
Al escribir y contar lo que fue un poco mi vocación, lo hago pensando en aquellas personas que como yo sienten que su vida tiene sentido al lado del Señor, entregándose a los demás. Anímense porque es una vida que llena, fortalece y se recibe mucho más de lo que se da y lo más grande que he descubierto que Dios obra en ti como un canal para llegar a otros que no lo han descubierto.
Este año de noviciado decidimos hacer una huerta en el terreno que tenemos en la casa.
Al comienzo nos costó arrancar y poner en práctica lo que pensamos, pero cuando nos pusimos en la obra nos metimos de lleno: planteamos lo que podríamos sembrar y preparamos la tierra.
Gracias a las crisis y enfados se hizo rápido el “arar la tierra”. Como era la primera vez que nos metimos en esta aventura de la huerta, lo hicimos como nos parecía entender, sin tener mucho conocimiento del tema.
Viendo cómo se desarrolla las cosas en la huerta, puedo decir que ser campesino/a no es fácil, uno tiene que considerar muchos aspectos: la tierra, el clima, la disposición de las semillas, el tiempo para dedicar... Pero gracias a la buena tierra y el clima que tenemos aquí, en tres meses tuvimos una buena cosecha.
Mientras en el campo la gente lo hace para ganar la vida nosotras lo hemos hecho para aprovechar el tiempo, y a pesar de que en algunos momentos nos exigió un cierto esfuerzo y dosis flexibilidad, la verdad es que tuvimos muchos ratos de distensión y risas.
Hay dificultades para conseguir los frutos pero cada momento es gratificante: la alegría al sembrar, al ver cómo crecen las plantas, y aún más cuando es tiempo de cosechar, ver que nos puede servir en casa y que podemos compartir con alguna familia que pasa necesidad económica.
Este año la Vida Religiosa ecuatoriana celebró una vez más, de manera agradecida el don de la llamada y el impulso del Espíritu que no les falta en medio de tantas dificultades de evangelización en la sociedad actual. Fue oportunidad de renovar el primer amor y para quien empezamos la caminada, oportunidad para seguir alimentando la utopía por el Reino.
Siempre estos momentos son oportunidades de encuentro y reencuentro con personas que de una manera u otra, aportan; inspiran la vocación de otros/as o simplemente caminan juntos con nosotros.
Fue momento de volver a decir un “Sí” ilusionado con el proyecto de Dios, y lanzar una mirada más de admiración por la Vida Religiosa tan viva y actuante que vemos reflejada en el rostro de los religiosos y religiosas en la diversidad de tantos carismas y que sí, es SIGNO en esta tierra ecuatoriana.
Gislany
El fin de semana del 2 y 3 de febrero, hemos abierto las puertas de nuestra casa por cuarta vez. Han asistido 5 chicas de Manta y 4 de Quito, todas ellas con claros planteamientos vocacionales, por lo que en esta ocasión el tema trabajado durante su estancia ha sido la presentación de nuestra vocación de Esclava como una respuesta concreta al seguimiento. Así decíamos en la carta convocatoria “Creemos en nuestra vocación y sabemos que el Señor sigue llamando, sigue invitando a seguirle y muchos se pierden la oportunidad de vivir con sentido desde el estar con Él y anunciar a otros su amor”.
En cada convocatoria (dinámica de inicio, tiempos de oración, tiempos de compartir…) hemos comenzado con un testimonio de Esclava (de los que tenemos en la Web), tuvimos mesa redonda (con un buen “Interrogatorio” como le llamó una de ellas), hicimos una dinámica con las distintas palabras claves de nuestra Consagración como
Esclavas…
Al finalizar la experiencia 6 de las jóvenes deciden continuar o iniciar un acompañamiento, tres de ellas manifiestan claramente que este puede ser su camino y van a continuar el discernimiento en esta línea.
Ha sido todo un disfrute verlas en la oración, poder hablar abiertamente del seguimiento, de Jesucristo, de nuestra vocación… En manos del Señor las ponemos para que sigan en esa búsqueda de lo que el Señor quiera de ellas y estén decididas a responder generosamente cada una a su “llamado”.
Una de las más jovenzuelas (de la parroquia de Manta) se ofreció a escribir algo para la ventana, os dejo con ella:
Quito, 03,03,2013
Este fin de semana tuvimos la mejor experiencia de nuestras vidas conociendo un poquito más la vida y costumbres de las hermanas Esclavas del Divino Corazón. Es la primera vez que hice una experiencia de lo que es la vida religiosa y consagrada. Vine con dudas de lo que se iba a realizar en la casa, al principio como todo ser humano me dije así muy dentro de mi “¿Qué haré yo en una casa de religiosas?”. Claro no me gustó mucho la idea, pero después me detuve y dije “hay que realizar cosas nuevas para así cambiar un poco la rutina” y también tenía algunas dudas que quería aclarar y me dije “sería interesante conocer cómo viven, ¿Qué hacen? ¿Cómo es su vida diaria como religiosa?” Entonces como la Hermana Caty Marcillo me invito a hacer esta experiencia dije “hay que hacerlo”. Se lo dije a mis padres, al principio no me dijeron nada no les gustaba la idea de que yo viajara, pero después dijeron “anda ya es hora que seas independiente y que veas como es el mundo en otras experiencias” y bueno, al principio no quería dejar mi casa, pero decidida a lo que quería hacer empaqué mis cosas y me vine a conocerlas. Al principio sentí timidez pero después que pasaron las horas ya tuve un poco más de confianza con todas las hermanas entre risas y juegos y todo lo demás. El conocerlas me dio alegría: son alegres y divertidas. Mis dudas quedaron atrás gracias a ellas porque tuve una semana muy agradable y bueno decidí hacer un acompañamiento con la hermana Jerline.
Dayanna Espinoza Jiménez (Puerto de Manta-Manabí)
ORACIÓN DEL LEPROSO
(Mt 8, 1 – 4)
1.- Hacemos silencio exterior e interior. Nos ponemos cómodos…, nos relajamos…, nos concentramos en la respiración…, con la inspiración el Espíritu del Señor me invade… con la espiración salen los ruidos, los nervios, las negatividades… Inspiro y espiro a mi ritmo, sin forzar, pero observando cómo entra y cómo sale el aire…
Estoy en presencia del Señor que me quiere, me acoge, me escucha, me habla
2.- Le pedimos que nos abramos a su presencia Viva dentro de nosotros, Viva en la Eucaristía (en el Sagrario), Viva en la Palabra que nos va a dirigir.
3.- Lectura del texto
“Cuando bajó el monte, le fue siguiendo una gran muchedumbre. En esto, un leproso se le acerca y se postra ante él, diciendo: “Señor, si quieres puedes limpiarme”. El extendió la mano, le tocó y dijo: “Quiero, queda limpio”. Y al instante quedó limpio de su lepra. Le dice Jesús entonces: “Mira, no se lo digas a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio”
4.- ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: personas, circunstancias, actitudes...) ¿Qué me dice a mí, personalmente? (Meditación)
Intentamos meternos en la escena, nos imaginamos Jerusalén con un paisaje semejante al nuestro de Andalucía.
Contempla a Jesús bajando del monte donde predicó las bienaventuranzas. Baja ágil, contento, con ánimo de seguir enseñando el mensaje de salvación… Junto a Él se agolpa la gente para escucharle. Todos ansiosos de escuchar su Palabra.
Y en esto, se le acerca un leproso y le dice: “Señor, si quieres puedes limpiarme”…
Detente junto a Jesús y el leproso… Mira sus rostros. Observa cómo Jesús mira al leproso, con qué compasión y ternura… y cómo el leproso mira a Jesús llenos de fe y confianza… ¡Cuánto le costó al leproso llegar hasta Jesús!, a los leprosos que no les estaba permitido juntarse con la gente... Pero él, movido por la fe en Jesús, vence los obstáculos y se acerca hasta él… ¡qué interés tan grande!
Yo, que estoy viendo la escena me pregunto…¿Qué hago yo para acercarme a Jesús?¿Cómo y cuándo me acerco a Él?
¿Soy libre para hacerlo o me pesa lo que puedan decir los demás?¿Me avergüenzo de Él?
¿Es realmente importante en mi vida?¿qué excusas pongo cuando se me invita a orar o al encuentro con Él?
Una vez que está el leproso junto a Jesús, exclama: “Señor, si quieres puedes limpiarme” ¡qué oración tan sencilla y tan profunda, tan humilde y tan llena de fe!... Repítesela tú también al Señor una y otra vez sin prisa… Acércate a Él con sencillez, sin exigencias… si quieres… pídele lo que necesitas con la misma confianza que has visto en el ciego, con la confianza de que Él te escucha…
Y Jesús le contesta: “quiero, queda limpio”… no podía ser de otra forma… La misericordia de Jesús se derrama sobre el leproso y le cura al momento… Escucha cómo a ti te dice lo mismo una y otra vez: “quiero queda limpio”, observa con qué cariño y ternura te mira…
Luego Jesús le dice “preséntate al sacerdote y entrega la ofrenda”… o lo que es lo mismo… acércate a la Iglesia, acércate a la Eucaristía y entrega tu ofrenda, ofrece algo en agradecimiento por su amor.
5.- Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración)
6.- ¡Quiero identificarme contigo, Señor! ¿Qué hacer? (compromiso)
7.- Gracias:
Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de oración;y por la luz y la fuerza que me has dado.
Ayúdame a vivir según tu voluntad y sirviendo siempre a mis hermanos.
Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.