Al principio pensé que era yo quien había elegido la Vida Religiosa, y fue esa falsa seguridad la que por cuatro años no me permitió creer en mi vocación, hasta que descubrí que El Señor fue quien me eligió y me amo primero.
Veo que el principio de la motivación que me trajo hacia acá (VR) fue apenas una excusa del Señor para atraerme hacia Él. Tenía verdadero deseo de seguirle, pero lo atribuía a mí misma, con todo, mirando el pasado y viendo la trayectoria de mi vida, es muy pretencioso decir que fui yo.
Tuve la dicha de ser mirada y elegida por El Señor desde una edad temprana, cuándo de mi parte solo pude decir “soy muy joven”. El Señor con su eterna paciencia supo esperar el tiempo propicio preparando el terreno en el que deseaba sembrar su mejor semilla.
A lo largo de los años fue Él quien me sostuvo hasta que me vi lista para dar un gran paso en mi vida, sintiéndome comprometida y deseando llevar a cabo ese compromiso, que bien en el fondo me sonaba a carga y que contaba con poca certeza de que el Señor también lo deseaba.
… yo quiero, no sé el Señor…
El tiempo se pasó y creo que ahora puedo decir que mi vocación es un don, pues un don es un regalo y si es un regalo nadie te obliga a recibir y si lo aceptas… haces lo que quieres, lo tiras, lo guardas… pero nadie te lo puede quitar, tampoco quien te lo dio, es tuyo aunque no lo creas.
Sí, mi vocación es un regalo, pero con un diferencial; a veces cuando nos hacen un regalo, nos lo hacen por conveniencia o porque lo merecemos, y ni El
Señor necesita hacerlo, ni tampoco yo lo merezco, me la dio de manera totalmente gratuita.
Me la regaló simplemente porque a Él le encanta hacer grande las cosa pequeñas.
Gislany
FE DEL CENTURIÓN
(Mt 8, 5 – 13)
1.- Hacemos silencio exterior e interior. Nos ponemos cómodos…, nos relajamos…, nos concentramos en la respiración…, con la inspiración el Espíritu del Señor me invade… con la espiración salen los ruidos, los nervios, las negatividades… Inspiro y espiro a mi ritmo, sin forzar, pero observando cómo entra y cómo sale el aire…
Estoy en presencia del Señor que me quiere, me acoge, me escucha, me habla
2.- Le pedimos que nos abramos a su presencia Viva dentro de nosotros, Viva en la Eucaristía (en el Sagrario), Viva en la Palabra que nos va a dirigir.
3.- Lectura del texto
“Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.» Jesús le dice: «Yo iré a curarle.» Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.» Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.» Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creído.» Y en aquella hora sanó el criado.”
4.- ¿Qué dice este texto? (Lectura honda: personas, circunstancias, actitudes...) ¿Qué me dice a mí, personalmente? (Meditación)
Intentamos meternos en la escena, nos imaginamos a Jesús caminando con sus discípulos por los caminos de las afueras de la ciudad.
Contempla al Centurión. acercándose a Jesús… No es Israelita (no es del Pueblo de los escogidos, del pueblo de Dios según la cultura de los judíos). Es un jefe de la corte… Ante la enfermedad de parálisis de su criado acude a Jesús… solicita la curación de su criado… Ve a su criado sufriendo y quiere ayudarle… En su corazón reina el amor a un cercano suyo…
Jesús le dice “Yo iré y le curaré…” El centurión ante esto reacciona inmediatamente lleno de humildad y dice “Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo…” El centurión sabe cómo ven los judíos a los que no son de Israel, por eso dice “no soy digno”, a la vez es como decir “no te molestes Señor, no es necesario… basta que digas una palabra y mi criado sanará…”
Admira en el centurión su amor desinteresado para el que sufre, su humildad ante Jesús (se arriesga a ser rechazado, confía en que será acogido), su fe en el poder de Jesús…
Ahora mírate a ti mism@... ¿cómo actúas ante los demás? ¿te das cuenta de que pueden estar necesitando tu ayuda? ¿te implicas? ¿te preocupas por ellos?
¿pides al Señor con humildad y fe por sus necesidades…?
¿hay alguna persona que pueda estar necesitando en este momento tu atención?
Ponla delante del Señor, aprende del centurión pide por ella y repite varias veces “Señor no soy digno de que entres bajo mi techo, basta que digas una palabra y mi compañero, mi hermana, mi madre… (quien quiera que sea esta persona que sufre cerca tuya) quedarán sanos”…
Observa cómo Jesús ante el servicio al prójimo, ante la humildad y la fe en Él no se resiste… En seguida te dice “que suceda lo que has creído”… El que ama queda curado…
Gracias Jesús por tu bondad y tu generosidad… Aumenta mi fe en Ti… Que con humildad recurra siempre a Ti… hazme servicial y humilde…
Examina tu actuar… Pide perdón al Señor por ir a lo tuyo y no darte cuenta de quien te necesita, por tu falta de servicio, humildad, de fe…
5.- Desde esto, ¿qué te digo yo ahora, Señor? (Oración)
6.- ¡Quiero identificarme contigo, Señor! ¿Qué hacer? (compromiso)
7.- Gracias:
Gracias, Señor, por tu presencia y tu cercanía en este rato de oración; y por la luz y la fuerza que me has dado.
Gracias Jesús por tu bondad y tu generosidad. Aumenta mi fe, que con humildad recurra siempre a Ti.
Ayúdame a vivir según tu voluntad amando desinteresadamente a los demás siendo servicial con ellos.
Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
A la vuelta de las navidades nos tomamos el pulso comunitariamente. Fue un reflexionar con hondura en el que disfrutamos al ver cómo el Señor nos habla y se repite… En el Objetivo General del curso, cuando nos preguntábamos qué quería de nosotras, salió la necesidad de ser significativas, proféticas y de cuidar mucho la calidad de nuestras relaciones. Ahora nos volvemos a preguntar y sale: necesitamos personas de avanzadilla y buenos samaritanos… Curiosa coincidencia… parece que el Señor tiene claro por dónde llevarnos y ¡nosotras le queremos secundar!.
En esa estamos, buscando la huella de Dios en todo lo que vamos viviendo, queriendo alabarle y servirle con nuestra vida, descubrirle en todo, explicitar más nuestra experiencia de su amor, hablar más de sus “cosas”, acogiendo, dialogando, perdonando, arriesgando…
Impresionante la colaboración del profesorado, la motivación de los alumnos, la creatividad de nuestras hermanas…
Este año, además de las actividades de clase, la misa campal, el pregón (abajo explico), tanto la escuela como el colegio desarrolló un programa bien completito de teatros, deportes, festival de canción… en el que toda la comunidad nos hemos implicado (preparando catequesis, juegos…) y con lo que nos hemos sentido unidas y hemos disfrutado. Pero lo que quiero destacar es el papel de los profesores. Junto con nuestras hermanas Victoria y Lorena, con sus trajes típicos todos, después de estar una semana ensayando, nos deleitaron con un baile de la tierra que causó impresión entre los alumnos. Es de admirar cómo en muy poco tiempo se puede organizar una fiesta de calidad, creativa, alegre, motivada. Si es así es porque nuestras hermanas se han preocupado a lo largo del tiempo de que los profesores se identifiquen y lo sientan suyo y estos han respondido “con creces”.
De rebote un buen rico encebollado…
En la comunidad una oración compartida en profundidad y una merienda-cena con múltiples detalles (de nuestras hermanas latinas y filinas).
Mis Queridas Hermanas:
Lo primero que me aportan es alegría, entrega, esperan-za, que a pesar de la edad y enfermedad que algunas pa-decen siguen apostando por Jesucristo y por serle Fiel. Entusiasmo y deseo de renunciar porque he encontrado un Tesoro que me da vida.
Me brota también decirles que me aportan sencillez, humildad, acogida y el vivir apasionadas por Jesucristo como nuestro único Amor y a quien le debemos todo por las Gracias que nos concede y por el llamado a la voca-ción.
Espero que esa alegría y esa ilusión de estar unidas a Jesucristo no se apague, al contrario cada día puedan encenderla más haciendo que eso se transmita y haya más personas que lo conozcan y experimenten su Amor.
Como dice San Pablo hagan crecer lo que han recibido.
Les pido que vayan buscando siempre lo que Dios nos pi-de, que le podamos responder como ÉL quiere y vivamos de los detalles que la vida nos ofrece poniendo cada día color, alegría, entusiasmo a lo que Dios nos tiene prepa-rado desde donde estamos llamadas y desde lo que nos corresponde hacer. Como decía Nuestra Madre Celia: Quiero que mis hijas sean extraordinarias en lo ordina-rio.
Antes de terminar quiero expresarle mis agradecimien-tos a cada una de ustedes por su oración, por caminar conmigo en esta etapa en la que como ustedes deseo ser plena y Feliz, por tener la oportunidad de compartir y ser parte de la Gran Familia Esclavas del Divino Cora-zón.
Unidas en la oración.
Un abrazo fuerte.
Susana
Reflexionando a cerca de la pregunta yo sentí la alegría que me envuelve, una alegría que brota del pensamiento de “cuán bendecida soy”, bendecida por haber sido llamada.
Pero… ¿Por qué digo que mi llamada es un don?
Con todo lo que he experimentado desde el día en que me permití escuchar la voz Del
Señor pidiendo mi “sí”, puedo decir que es de verdad un don.
Primero, porque no estaba en mí, sino en Él. Él fue quien tomó la iniciativa. A través de mi experiencia y de personas que han pasado en mi vida le revelaban y manifestaban que Él me amó primero. Llena de este amor, no podía quedarme sin devolverle tanto amor, aunque ese amor no espera que yo devuelva nada.
No solo puedo decir que es un don, sino también un tesoro, un tesoro revelado a quienes buscan y cuando lo encuentras, una está dispuesta a abandonar todo, incluso a sí misma, tesoro que lleva a una a hacer “locuras” a los ojos del mundo.
Y además, es un don gratuito ya que no requiere cumplir con las demandas o criterios del mundo: éxito, poder, dinero, etc. Dios me llamó sin importarle “quién soy”. Me llamó en mi totalidad; con mis dones, mis posibilidades, debilidades, vulnerabilidades, limitaciones, pequeñez y pecados.
Finalmente, esta es la belleza de mi vocación: cada día es una llamada, todos los días son una garantía de que su amor es mayor/grande que mis debilidades, su plan de bendecirme es más grande que todos mis errores juntos, que Él está trabajando, transformando mi corazón para que poco a poco se parezca al Suyo.
Elmor
En la última semana del pasado mes de noviembre fue posible para nosotras reforzar un poco más el sentido de pertenencia congregacional por medio de la visita del gobierno General a través de la secretaria General kity. Que, además de alegrarnos con su espíritu joven, alegre, nos ha posibilito enamorar un poco más “de lo de Dios”, estar en sintonía con lo congregacional, aspirar a lo que aspiraban nuestros fundadores y nuestras hermanas que fueron fieles al carisma y que ya nos preceden en los cielos.
Su paso por nuestra comunidad le permitió acercarse un poco a nuestra realidad comunitaria y escolar vivida en el Centro Cardenal Spínola, prestar su generoso servicio recordando a todas lo fundamental de nuestra espiritualidad y que mantiene encendida en la Congregación el mismo espíritu suscitado en Marcelo y Celia, inculcando también en nosotras, las novicias, el anhelo de toda Esclava: la santidad.
Nos queda la gratitud de ver reflejado en el rostro y en las actitudes de una hermana la característica de una verdadera Esclava: la sencillez y cercanía que hace a todos sentirse “en casa”, la alegría que contagia, el servicio “callado” y entregado, el involucrar haciendo suyo lo que es de sus hermanas… nos queda también el deseo de seguir alimentando de lo que nos ha dejado; de lo que Dios nos ha hablado a través de ella.
Gislany
Del 19 al 21 de Octubre, la CER (Conferencia Ecuatoriana Religiosa) organizó su 3º jornada “Manjares del Convento” en la que las religiosas junto con algunos voluntarios ayudaron en la venta de productos de las hermanas de distintas congregaciones y monasterios. Los objetivos eran dar a conocer los productos de los monasterios y la recaudación de fondos para la comunidad de Haití, donde Ecuador tiene una comunidad inter-congregacional de religiosas. Nuestra comunidad colaboró en esa actividad vendiendo “platos típicos” de los distintos países de los que somos: El Pollo Adobo de Filipinas, La Coxiñha Brazilera de Brasil, La Arepa de Venezuela, y la Tortilla Española. Cada una de nosotras (las novicias) preparamos nuestra comida por la noche con la ayuda de las hermanas profesas de la comunidad. Para nosotras en la comunidad, era un testimonio de unión, fraternidad y plenitud porque a pesar del cansancio y la falta de dormir, trajo alegría por dentro por saber que estamos en SOLIDARIDAD CON LA HUMANIDAD SUFRIENTE. Estar en SOLIDARIDAD con los necesitados, me recuerda a Marcelo Spínola que siempre encuentró modos y maneras de responder a los necesidades de las personas alrededor. Este evento no sólo ha sido una ayuda para la comunidad de Haití, sino también una experiencia de crecimiento personal ya que tenemos la responsabilidad en nuestra sociedad, y el agradecimiento por las cosas que tenemos. Hemos comprobado una vez más que cuando todo se hace por amor, se genera vida.
“Ámense con gran amor procurando ser más caritativas con la que menos les guste o les sea más contraria. “ Celia Méndez
Jerline.
Oración - María Inmaculada
- Comenzamos escuchando: Madre mía (Diana Navarro)
Se nos presenta a María Inmaculada como el epílogo, como la síntesis del mundo de la santidad (…) El mundo entero a reconocido que ha sido adornada de los privilegios a los santos otorgados y que todos en Ella se han reunido en grado sumo, en tal manera que nada de los santos existe que María no posea por modo maravilloso y singular. (M. Spínola)
- Contemplamos la escena
Contempla la imagen: aparece un ángel y María. Mira los colores: blanco, rojo, dorado, azul. Fíjate que es un mosaico con teselas de diferentes tamaños.
Estamos ante un icono.
Ahora pon tu mirada en los rostros de María y del Ángel. Fíjate hacia donde miran. Los dos de perfil: María hacia abajo y el ángel a María. Los dos tienen una expresión de serenidad, paz, tranquilidad.
Estamos ante el acontecimiento más grande que podamos presenciar: Dios, por medio del ángel, anuncia a María que va a ser Madre de Dios y le pide su consentimiento. Nos encontramos con la escena de la Anunciación.
El ángel anuncia la Palabra de Dios, representada por ese pliego de papel dorado que va desde su mano a María. Se aprecia la escucha y la aceptación de parte de María. El ángel toma su ala con una mano para entrar sin hacer ruido.
Contempla la actitud de María: no se sobresalta, en su rostro hay paz y serenidad. Continúa en sus quehaceres y acepta lo que viene de Dios. Acoge la Palabra recibida de la Alto, pero no se queda con ella. Su mano tiende abierta hacia los demás. Fíjate en el ovillo. Es el germen de la Palabra. Ya Dios y su Palabra habitan en ella. Es Jesús a quien comienza a tejer, María, en su interior.
- Escuchamos la escena: Lc 1, 26-38)
- Reflexión:
“De eso, sí se trataba: del destino del mundo, pendiente, como de un hilo, de unos labios de mujer. Y en el mundo no sonaron campanas cuando ella abrió los labios. Pero, sin que nadie se enterara, “el corazón de Jesús” comenzó a latir porque una mujer dijo: “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según Tu palabra”. Dijo “esclava” porque sabía que desde aquel momento dejaba de pertenecerse. Dijo “hágase” porque “aquello” que ocurrió en su seno solo podía entenderse como una nueva creación. No sabemos como se fue el ángel. No sabemos como quedó María. Solo sabemos que el mundo había cambiado. Fuera, no se abrieron las flores. Fuera, quienes labraban la tierra siguieron trabajando sin que siquiera un olor les anunciase que algo había ocurrido. Si en Roma el emperador hubiera consultado a su espejito mágico sobre si seguía siendo el hombre más importante del mundo, nada le habría hecho sospechar que en la otra punta del mundo la historia había girado. Solo Dios, María y un .ángel lo sabían. Dios había empezado la prodigiosa aventura de ser hombre en el seno de una mujer”.
(J. L. Martín Descalzo, vida y misterio de Jesús de Nazaret, 91)
“Hacer pues, la corte a la Inmaculada concepción de María, será andar siempre ocupados en Ella; pensando en lo que es y en lo que vale, estimándola y apreciándola en su grandeza, amándola con todo el amor que en nuestras almas quepa, y tributándole rendidos y afectuosos homenajes; será llevar a la Inmaculada concepción a todas partes… “
“Pero no basta a la esclava hacer la corte a María Inmaculada; debe llenarse del aroma de este Misterio. Cada uno de los momentos de la vida de María, como cada uno de los instantes de la vida de Jesucristo, tiene su espíritu propio. (…) el ambiente de la Concepción es un ambiente de pureza, de suavidad, de dulzura, de paz y de tranquila esperanza.”
(M. Spínola)
- Compartimos
Terminamos cantando: Magnificat
“Cuando aprendí a salir de mi misma y pensar en los demás he visto lo que significa la vida para mí…”
“…y allí cuando aprendí a dar fue cuando aprendí a recibir.”
“Buenos días hermanitas, ¿cómo le va (sonrisa)?” ese siempre es el saludo de los viejitos cada mañana del lunes en el comedor.
Este año de nuevo nos hemos comprometido a compartir con los viejitos un poco de nuestro tiempo, hacemos algunas actividades que les ayudan a relacionarse mejor con sus compañeros, y también para poner un poco de movimiento a sus vidas. Durante una hora y media hacemos oración, un poco de ejercicios o baile o cantos , también pintamos, dibujamos o vemos películas, hacemos manualidades ... Y mientras trabajamos aprovechamos la oportunidad de hablar con ellos, de saber cómo están… y en esta conversación de “tú a tú” nos encontramos con diferentes historias; historias de alegría y muchas de dolor y tristeza.
Con estas cosas sencillas que ellos hacen, se sienten bien consigo mismo viendo su trabajo. Pero creo que lo que les hace sentir bien no son las actividades que hacen sino simplemente el sentir que alguien está con ellos, dispuesta a escuchar lo que llevan dentro y les hacen sentir importante.
Tratar con los viejitos y pensar las actividades intentando llevar ese rostro de Jesús que dice: “Estaré con ustedes hasta el fin del mundo” es un reto para mí, pero al saber que ellos me esperan me anima…
Ésta realidad en el comedor me hizo tanto bien porque me hace dejar “lo mío”, me ayuda a salir de mi misma y ver que también de esta manera el Señor habla:
“Eres mujer, tienes ternura y eres capaz de transmitir ese amor, compasión y paciencia que recibiste…”
Le doy gracias al Señor por darme esa oportunidad de ver otra realidad… el más allá de mi mundo… “El mundo en el comedor”.
Salmo 71 -Oración de un anciano
En ti, oh Señor, me he refugiado;
Señor, eres mi esperanza,
Seguridad mía desde mi juventud.
No me deseches en el tiempo de la vejez;
Cuando mi fuerza se acabar, no me desampares.
Me enseñaste desde mi juventud,
Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
Tú has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como tú?